Mientras el hemisferio norte se tiñe de otoño, en el sur los días comienzan a ser más largos y las temperaturas, aunque frescas, suavizan los rigores que venían del invierno. Aquí ha llegado la primavera. Una corta estación pero bien anhelada, que llenará el paisaje de la Patagónia con el colorido de las flores.
La flora, bien adaptada a los distintos ambientes que se dan en esta región patagónica, alberga una gran diversidad de especies, con morfologías y características que sorprenden por lo curiosas y hermosas que son. Comunidades vegetales diferentes que se agrupan en macroregiones ecológicas como el Bosque andino patagónico, la Alta montaña patagónica y la Estepa.
En las áreas andinas y hacia el oeste, la humedad y una mayor pluviometría permite el desarrollo de los bosques en las laderas de los cerros, junto con especies arbustivas y herbáceas. Más hacia la cumbre, alta montaña, la vegetación se vuelve achaparrada, como cojines, especializada así en captar y retener el agua de la lluvia.
Al este encontramos la estepa, azotada por los vientos y la escasa precipitación que condicionan una vegetación de porte herbáceo, pastos y arbustivas. Estas últimas tendrán una mayor distribución en las zonas de laderas, donde queden más protegidas de los vientos.
Regiones estas que se llenarán del colorido de las flores y de la diversidad de sus formas. Pero esto, más que contártelo, será mejor que lo veas. Para eso te dejo con las siguientes presentaciones que recogen una completa guía de las distintas especies vegetales para las tres macroregiones mencionadas. Te servirán para ver la gran diversidad de la flora patagónica y para aprender a reconocerlas. ¡Espero que así sea!