Las Cataratas de Iguazú (del guaraní «agua grande») están situadas en el tramo final del río Iguazú, próximas a la desembocadura de éste sobre el río Paraná. Su origen se remonta hasta hace unos 200 mil años, cuando se formó una falla en el macizo de Brasilia, justo en el punto de confluencia de dichos ríos y donde hoy se sitúa el Hito de las Tres Fronteras (Argentina, Brasil y Paraguay). El proceso erosivo de las aguas, desde entonces, las ha hecho retroceder, desgastando el terreno y quedando hoy a unos 23 Km de distancia de su punto de origen.
El resultado actual de este accidente geológico es un gigantesco sistema de caídas de agua, con unos 275 saltos distribuidos en forma de abanico a lo largo de sus 2700 m de ancho y unas alturas que van desde los 40 hasta los 80 m. El mayor de sus saltos es conocido como la Garganta del Diablo.
Las Cataratas de Iguazú forman parte de un entorno de selva subtropical húmeda, rico en biodiversidad y belleza natural, dentro de lo que son el Parque Nacional de Iguazú ( Argentina) y el Parque Nacional do Iguaúu (Brasil), actualmente declarados ambos Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO (en 1984 y 1986, respectivamente). A su vez, en el 2012, las cataratas fueron oficialmente reconocidas como una de las Siete maravillas naturales del mundo.
La distribución de los saltos de agua de las cataratas hace que el 80% están en el área Argentina, pudiendo disfrutarlos a través de los paseos y pasarelas que te acercan por su parte superior, al mismo borde de los saltos, o descender por el lateral y disfrutar de su cercanía. También tienes la opción de embarcarte en una lancha que te acercará hasta la mismísima Garganta del Diablo. Una turistada, sí, pero es impresionante sentir la fuerza del agua y merece la pena. Eso sí, ¡saldrás empapado de arriba a abajo con esta experiencia!
La visita por la parte argentina no te debe hacer menospreciar la visita por el lado brasileño. De hecho, te recomiendo que hagas las dos si realmente quieres llevarte una visión y sensaciones completas de este lugar. El lado brasileño te ofrece vistas desde el otro lado, una panorámica espectacular de los saltos por donde has estado o estarás. Tal y como se dice, «desde Brasil se ven las cataratas, y desde Argentina se viven».
El caudal normal del gigantesco sistema de caídas de aguas, tal como lo verías en una visita normal, está entre los 1500 m3/s y 1746 m3/s. Así que, ¡imagínate que espectáculo los días que ha superado los 40000 m3/s (registrados el 10 de junio)!, ¡casi unas treinta veces superior al normal! La mayor crecida registrada hasta ahora y que provocó el cierre, durante esos días, de los paseos hacia los saltos.
La lluvias de días anteriores son las que han causado esta gran crecida del río Iguazú y por consiguiente de las cataratas, pero poco a poco los niveles van volviendo a la normalidad. No obstante, lo ocurrido deja esa sensación de que si en el estado normal de las Cataratas de Iguazú, la naturaleza ya daba muestra de su fuerza, cuan confiados estamos de ¡cuan puede ser ésta en realidad y cuanto nos puede sorprender!
Si quieres conocer más sobre las Cataratas de Iguazú y sus correspondientes Parques Nacionales, y poder planificar tu visita, te dejo los siguientes enlaces que te servirán de ayuda:
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