En estos días, el campo se tiñe de un suave blanco, con pinceladas rosáceas y un dulce aroma a las flores de los almendros. Sí, son las tempraneras flores que dan vida al paisaje de invierno. Anhelos de la llegada de la primavera que aún tardará un poco y que dejan una hermosa estampa que recomiendo no perderse.
La hermosura del almendro (Prunus dulcis) está en el radical contraste que produce su esqueleto arbóreo, carente de sus lanceoladas, largas y estrechas hojas de verde intenso caídas a la llegada del invierno, y que, de repente, en un estallido de vida, viste de hermosas flores blancas o rosadas, según la variedad de almendro.
Flores estas que, si te acercas a contemplar con más detalle, verás que brotan unas veces en solitario y en otros casos, agrupadas 2 o 4 de ellas.
Cada una con sus cinco pétalos desplegados sobre el cáliz de cinco sépalos que los sustenta. Lo que según la terminología botánica sería una flor pentámera.
En medio de este conjunto, emergen tratando de llegar lo más al exterior que pueden, numerosos estambres blancos con sus anteras cargadas de polen en el ápice.
Si te acercas a contemplarlas, ten precaución porque probablemente el tesoro que contienen las anteras será cotizado por las abejas que revolotean, afanadas, de flor en flor. Estas son las principales protagonistas del proceso de polinización entre variedades de almendros compatibles (polinización cruzada) o entre la misma variedad (autógamas), según se halla elegido al cultivarlas.
Este proceso de polinización será determinante para que, transcurridos entre 6 y 9 meses, podamos disfrutar de la semilla de su fruto, la almendra, y de los productos que con ella se elaboran.
La climatología ha marcado este proceso de floración.
El almendro cultivado en zonas cálidas, en secano, sobre suelos sueltos y arenosos, es poco tolerante al frío. Los inviernos bien definidos y unas escasas horas-frío (200-400) son los que favorecen la floración, para disfrute de todos.
Ahora que el paisaje está adornado con el espectáculo floral de los almendros, queda esperar que las heladas no afecten la continuidad de este proceso, y no repercutan en la producción de las cosecha.
El almendro que se cultiva en España, introducido probablemente por los fenicios hace ya mucho tiempo y original de las regiones montañosas de Asia central (Persia, Mesopotamia), se extiende principalmente por el litoral mediterráneo, algunos puntos del interior peninsular y en islas de sendos archipiélagos Balear (Mallorca) y Canario (Tenerife, Gran Canaria y La Palma).
Algunos lugares interesantes y populares a los que puedes acercarte para disfrutar del paisaje de los almendros en flor te los comento a continuación. En algunos de ellos hay rutas trazadas para poder recorrer el entorno y disfrutarlo en todo su esplendor:
- Serra de Tramuntana y área de centro-oeste de Mallorca.
- En Jijona y Dénia (Alicante). No en vano, Alicante cuenta con las denominaciones de origen Jijona y Alicante para los turrones de almendra, hechos con la variedad de almendra más conocida y demandada, La Marcona.
- Rutas del almendro en flor en Almería: en Sorbas, Benizalón, Lucainena de las Torres y en la Sierra de las Estancias.
- Campos de Capitán (Murcia), entre Calasparra, Ciezas, Mula y Bullas, y en la Aljorra (Murcia)
- En la zona de las Alpujarras (Granada).
- Ruta del almendro en flor en Santiago del Teide (Tenerife)
- Fiestas del almendro en Tunte, Tejeda y Valsequillo (Gran Canaria)
- Zonas de Tijarafe y Puntagorda (La Palma).
- Comarca del Matarraña (Teruel).
- Garrovillas de Alconétar (Cáceres).
- Sierra de Moncayo, entre Zaragoza y Soria.
- La Fregeneda (Salamanca)
- La Quinta de los Molinos
Se me quedan, seguramente, muchos sitios por mencionar, por eso te animo a que si conoces algunos más, nos lo cuentes en los comentarios.