Puyuhuapi

El Encanto de Puyuhuapi y el Queulat, rincones de la Región de Aysén


 

Región de Aysén (@Osmar Valdebenito, CC-BY-SA-2.5, via Wikimedia Commons)¿Conoces la región de Aysén? ¿no? pues te cuento., Aysén es el nombre de una región patagónica. Más bien, una gran región patagónica de 100.000 km2 que se extienden por parte del territorio continental, atravesada por la Cordillera de los Andes y que cuenta con numerosas islas en el Océano Pacífico. Se trata de una región rica en diversidad de paisajes y abrupta y heterogénea en sus relieves.

 

Esta región de Aysén, cuya toponimia se desconoce, fue el lugar de los nativos tehuelches o patagones (al norte del Estrecho de Magallanes), de alacalufes (en las costas más australes) y de chonos (al norte, en las Islas Guaitecas).
Divisada por primera vez por Hernando de Magallanes (1520), se fueron sucediendo expediciones que llegaban a Aysén por distintos motivos. Las hubieron de conquistadores, como la de Pedro de Valdivia (1550), religiosas como la del padre José García Alsué (1766-1767) y científicas como la de Charles Darwin (1831-1836). Pero es a principios del siglo XX cuando se inicia la colonización de la región por chilenos que retornaban desde Argentina y buscaban nuevas oportunidades.
El resultado de todo esto es una región que reúne una diversidad de paisajes y relieve que se mezclan con las costumbres de Argentina y Chile, con los vestigios de la cultura indígena que pobló estas tierras y con las de los nuevos inmigrantes que han ido llegando desde distintas latitudes del mundo. Y es entre todo este cóctel es donde se encuentran dos rincones especiales que quiero que conozcas, el encantador pueblo costero de Puyuhuapi y el frondoso Parque Nacional Queulat.
¿Qué!.., ¿te animas a conocerlos?
 

 

La Costera Puyuhuapi

PuyuhuapiPuyuhuapi  («Puyu», flor de las islas del fiordo y «Huapi», isla) es uno de esos lugares especiales que te atrapan por su sencillez, belleza y tranquilidad. Este pueblecito costero, ubicado en la inexplorada Cuenca Palena-Queulat, a 400 km de Puerto Montt y a 222 km de Coyhaique, alberga entre los frondosos cerros que la rodean y el mar que se abre a través de su fiordo, una historia de colonos alemanes y chilotes que con su esfuerzo crearon este lugar.
Puyuhuapi es un enclave costero de pescadores, como podrás ver por las barcas que descansan en su costa, aunque también tienen algo de industria con la carpintería de ribera, que construye y repara las embarcaciones de madera. Notarás el ritmo pausado de la vida en este lugar, en la que de forma apacible y sencilla se han unido las tradiciones de sus diferente pobladores. 

 

 
Barcas de pescadores, PuyuhuapiVistas al canal del fiordo en Puyuhuapi

 

¿Qué puedes hacer en Puyuhuapi? Pues sencillamente pasear y hablar con sus gentes para que te cuenten su historia, contemplar su entorno bajo la suave lluvia, descansar y disfrutar con los baños termales que existen. Aquí tendrás la posibilidad también de realizar cabalgatas, trekkings y salidas en barca o kayak por el canal, acercándote a la naturaleza del lugar. ¿Qué te parece?

 

 
PuyuhuapiPuyuhuapi

 

Las posibilidades de alojamiento que encontrarás en Puyuhuapi son variadas, desde hospedajes atendidos por sus dueños, cabañas, campings hasta hoteles, según lo que andes buscando.
Y más aún, muy próximo a Puyuhuapi se encuentra el Parque Nacional Queulat, un mágico lugar en el que te podrás adentrar por sus senderos para descubrir las maravillas que esconde.
 

 

El Queulat, su ventisquero colgante y el bosque encantado

Río Ventisquero, El QueulatEl Parque Nacional del Queulat es como un gran bosque encantado que esconde ventisqueros, caídas de agua, ríos y fiordos; la abundancia de sus cascadas es lo que le propició su nombre, «Queulat» sonido de cascadas.
En sus 154.093 ha. el parque encierra aún zonas a las que nunca ha accedido el hombre por su complicada geografía de laderas rocosas, valles profundos y escarpados, nevados y ventisqueros, vestigios de antiguas glaciaciones.
Aunque puedes acercarte en coche y conocer parte del parque, la mejor forma de que captes su magia es que te adentres en algunas de sus rutas y lo veas más de cerca. Lugares como la Laguna de los Témpanos, el Ventisquero Colgante, el Lago Risopatrón, el Salto Padre García o el Salto Cóndor son algunos de los espectaculares sitios a los que puedes acceder.
Son varias las rutas que se pueden hacer en el Parque Nacional del Queulat y entre ellas están las dos que te recomiendo: la ruta hasta el mirador del ventisquero colgante y la ruta del Bosque Encantado.
La ruta hasta el ventisquero colgante parte desde el mismo área de camping próxima al acceso al parque y te hará pasar por el puente colgante que cruza el río Ventisquero. Envuelto por el frondoso bosque donde abundan las nalcas, musgos y helechos, lianas que trepan por las tepas, los cohiues y las lengas, te vas encaminando por el sendero que asciende hasta el mirador. 

 

Puente colgante-ruta ventisquero colgante-el QueulatRuta del ventisquero colgante, el QueulatRuta del ventisquero colgante, el QueulatRuta del ventisquero colgante, el Queulat

 

Una vez en el mirador, tendrás ante ti un impresionante paisaje donde el protagonista es un glaciar que resiste el paso del tiempo colgado sobre un farellón de roca, el Ventisquero Colgante. Junto a él, las montañas cubiertas por el frondoso bosque, la cascada formada por el agua que se deshiela con una caída de 293 m, el río y la Laguna de los Témpanos con el color característico de estas aguas de glaciar. Un espectúculo de la naturaleza del que te costará apartar la mirada.

 

Ventisquero colgante, el QueulatVentisquero colgante, el QueulatVentisquero colgante, el Queulat

 

Si tienes la oportunidad, mi consejo es que esperes hasta quedarte prácticamente solo en el mirador, y que en silencio contemples y escuches lo que tienes ante ti. Esos minutos adquirirán un incalculable valor.
El total del recorrido hasta el Ventisquero Colgante y el retorno a la zona de camping del parque será de unos 6,4 Km de sendero claro y fácil, con algo de pendiente en su parte inicial que te llevará unas 3h hacerlo, más el tiempo que dediques a disfrutar del lugar.

 

Bosque encantado, el QueulatLa otra ruta que te propongo es la del Bosque Encantado que se encuentra en el sector Portezuelo del parque.
Un sendero sin mucha dificultad te adentrará en un espeso bosque que con razón recibe el nombre de «Bosque encantado». Rápidamente te embargará la sensación de estar dentro de un cuento de gnomos y elfos. Sensación ésta producida por el centenario bosque de coigues, maíños y demás árboles cubiertos por una tupida capa de musgos, helechos y lianas que forman los bosques húmedos-fríos de la Región de Aysén y que en este lugar puedes observar en todo su esplendor.

 

El sendero, bien señalizado, te lleva hasta una laguna de aguas color turquesa a los pies de una pared de roca. En este lugar es donde nace el Río Cascada. El total del recorrido (ida y vuelta) será de unos 3,6 km y te llevará 1h y media realizarlo.

 

 

 
Bosque encantado, el QueulatBosque encantado, el QueulatBosque encantado, el Queulat
 
Estas dos rutas te servirán para captar la esencia de este mágico Parque Nacional y, si tienes la posibilidad, te animo a seguir explorándolo con el resto de posibilidades que te brinda. ¡Espero que te guste!
 

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