¿Has tocado o abrazado alguna vez un gran árbol esperando inconscientemente sentir su energía, como atraído por él? ¿Te imaginas tocar y tratar de abrazar a un árbol milenario? Hoy te propongo que lo hagas, que te adentres en el bosque, entre coihues, arrayanes y lengas y conozcas al Lahuán, el Alerce patagónico.
El lugar, parque nacional de los alerces
Hoy te hablo de un maravilloso enclave entre lagos, ríos y montañas que se encuentra en la Provincia de Chubut (Argentina). Hoy quiero que te adentres en el Parque Nacional de los Alerces.
El Parque Nacional de los Alerces es un espectacular reducto de naturaleza que cuenta con 263.000 ha, parte de las cuales están ocupadas por un total de nueve lagos comunicados entre sí, que desembocan en el río Futaleufú. Del conjunto de lagos destacan por su bello paisaje el Lago Menéndez, el Lago Verde y el Lago Futalaufquen, estos dos últimos enlazados por del río Arrayanes.
Rodeando estos lagos de origen glaciar, ascienden las montañas cubiertas por la siempre verde vegetación del bosque Valdiviano que adquiere aquí todo su esplendor gracias a las condiciones de un clima húmedo, con una pluviometría anual de 4000 mm.
Sumándose a este bello entorno natural de lagos, ríos, bosques y montañas aparecen las cascadas y los cordones montañosos que albergan algunos impresionante glaciares, como el de Torrecillas. Todo un conjunto paisajístico de gran belleza que puedes explorar través de las diversas sendas y senderos que hay habilitados en el parque, entre ellos los que forman parte del proyecto de sendero de largo recorrido Huella Andina.
Pero el verdadero protagonista de este Parque Nacional y el que te ha atraído hasta él es, como no, el milenario Alerce Patagónico o Lahuán, emblemática especie arbórea del grupo de las coníferas y una de las más longevas del planeta.

El conjunto paisajístico, la importancia del medio natural y la biodiversidad del Parque Nacional de los Alerces hace que sea uno de los cinco parques nacionales de Argentina que constituyen la Reserva de Biosfera Andino Norpatagónica desde el 2007, y cuyos objetivos son la conservación de los valores mencionados, promover un desarrollo sostenible e impulsar el monitoreo, la investigación y la educación ambiental.
El protagonista, el alerce o lahuán

Su nombre científico es Fitzroya cupressoides (fam. Cupresáceas), puesto en honor al Capitán Robert Fitz Roy, pero los antiguos habitantes del lugar, los mapuches, lo llamaban lahuán, lawén, o lawal, que viene a significar «abuelo». De hecho, uno de los ejemplares más populares es llamado entrañablemente así, «Abuelo», haciendo referencia a su edad y envergadura.
El «Abuelo» es el más longevo de los alerces del parque; con sus 2600 años y sus 52 m de altura, necesitarás a cuatro personas más, a parte de ti, si quieres rodear sus 3 m de diámetro de tronco en un simbólico abrazo. ¿Te haces a la idea? Pues si lo piensas un poco, estás ante un ejemplar que ha llegado a un poco más de la mitad de su vida estimada (> 4000 años) y que todavía engrosará a razón de 1 mm/año hasta alcanzar los 5 m de diámetro aproximadamente y seguirá estirándose a razón de 2-8 cm/año, lo que puede hacer que mida entre 10-15 m más aproximadamente. Pero lo más fascinante de todo es saber que ya estaba allí, mucho antes que tú y que muchos, y que continuará allí por mucho más, testigo de las generaciones que pasen.
Para llegar hasta el «Abuelo» tendrás que hacer la ruta del Alerzal Milenario que combina una parte de recorrido lacustre por el Lago Menéndez, lo que te permitirá disfrutar del paisaje y del entorno del lago con las vistas al cordón montañoso que rodea al parque, y otra parte de sendero, de unos 2 km, que te irá introduciendo en el bosque valdiviano, donde aparecerán primero ejemplares de alerces más jóvenes (centenares de años) hasta llegar al imponente «Abuelo», todos formando el Alerzar (bosque casi puro de alerces).
¿Qué te parece? ¿Dispuesto a abrazar al lahuán?